- Escribe Ana Lucía Preciado, médica veterinaria.
La cannabis como medicina posee un amplio espectro de posibilidades en cuanto a su aplicación, y con mayor razón a su estudio, ya que, en comparación a otros campos, en la medicina occidental su estudio científico estuvo ausente por más de 80 años. Por lo tanto, es un conocimiento joven y en plena flor; sin embargo, para la medicina oriental, y de otras culturas de la tierra en general, la cannabis ha sido una gran herramienta de salud, entre otras aplicaciones. El uso de la cannabis no solo es de nuestros antepasados, ya que se remonta a lo ancestral. Sabemos actualmente que culturas y civilizaciones tan antiguas como la egipsia, atlántida, entre muchas otras consideraban a la cannabis como una planta sagrada y una herramienta tecnológica. Por ahí, hay mucho que entender. Para quienes gustan de la historia y sobretodo del conocimiento sugiero esta lectura: “Historia general del cannabis” por Isidro Marín Gutierrez.
Volviendo a la medicina occidental, hoy sabemos que el sistema endocannabinoide viene evolucionando en cada especie de vertebrado desde sus inicios, pero ¿por qué es que los veterinarios nunca aprendimos al respecto? De la misma manera que con nuestros colegas de medicina humana, la posibilidad de estudiar este sistema en la escuela de medicina fue nula, ya que ni siquiera se tomaba en cuenta (debido a prohibición mundial por motivos o intereses que a estas alturas de la historia ya no vale la pena seguir mencionando).
Lo cierto es que el uso y demanda de productos veterinarios cannábicos viene creciendo muy rápido, más rápido de lo que los veterinarios tienen tiempo (o deciden) de educarse al respecto. Sin embargo, lo importante es saber que, como veterinario uno debe por lo menos estar consciente y poder comunicar que la aplicación de la medicina cannábica en animales existe, funciona, es segura y debe manejarse con conocimiento.
Si bien (al igual que en medicina humana) existe una corriente conservadora de la medicina veterinaria que aún se aferra al mensaje obsoleto de que “no hay evidencia de seguridad o eficacia en la aplicación medicinal de cannabis en animales”, sabemos que lamentablemente esta opinión está fuertemente ligada a creencias y sentimientos de la era prohibitiva.
Para quienes más bien queremos enterarnos y aprender sobre este maravilloso sistema orgánico, de características neuroendocrinas, que trabaja con sustancias cannabinoides producidas de manera endógena, y también con cannabinoides obtenidos de las plantas (principalmente cannabis) actualmente tenemos a disposición cientos, incluso miles de estudios en especies animales.
Hay estudios que verifican la seguridad de los cannabinoides (en dosis incluso extremadamente altas), otros que utilizan cannabinoides y otras moléculas de cannabis (terpenos por ejemplo, receptores, etc) y evalúan su potencial terapéutico en numerosas condiciones, estos aplicados con especies de laboratorio, muchos de los cuales técnicamente incluyen perros y gatos(*).
Incluso existen estudios traslacionales que pueden ser considerados para cualquier vertebrado. Los temas estudiados abarcan áreas de estudio como neurologia (neuroprotección, epilepsia, manejo del dolor, etc), oncología (acción antiproliferativa, cáncer en sistema reproductor, nervioso, óseo, como parte de terapia de soporte, etc), endocrinología (sistema reproductor, páncreas, metabolismo hepático, etc), y más.
Muchos de los estudios realizados con animales evalúan la cannabis (en su amplia posibilidad de uso) como tratamiento de trastornos de ansiedad, depresión, adicción. Otros estudian en modelos animales sus características como reactivador del metabolismo, y sus capacidades nutricionales.
De todo esto un veterinario puede obtener información riquísima para su práctica, y de hecho las bases para realizar estudios clínicos y análisis en las diferentes poblaciones del mundo, como ya viene sucediendo hoy en día.
*Stephen Cital . Phytocannabinoid Mechanism of Action in Mammals.
[Foto de portada: El Universal]